7 am: Desayuno del peregrino (café con leche, croissant de chocolate y zumo de naranja)
Como Martín regresa mañana a Barcelona pasamos por la estación para comprar el billete.
Empezamos la etapa lloviendo pero dura poco, media hora de camino. Parece que la parte más exigente de hoy va a ser la subida al Alto Perdón, y realmente nos encontramos con que aunque la subida no es para tanto (sobre todo después de haber superado la etapa de Saint Jean), la lluvia ha dejado el sendero convertido en barrizal, y eso sí que complica bastante las cosas. Menos mal que hice caso a Alberto y voy con los palos de trekking.
El camino se ha transformado. Atrás quedaron los bosques, ahora es más llano aunque sigue inmensamente verde.
Mis piececitos están en perfectas condiciones, lo que más ha sufrido son mis gemelos (mis hemstrings, como hoy me ha enseñado Jim de Califormia, un peregrino simpatiquísimo que camina con su padre y que a veces se apunta con nosotros a tomar algo en nuestras tardes)
A veces la señalización deja bastante que desear... No por las flechas amarillas, es que a veces te pone que quedan 5 km y en realidad son 5+5+5... Y claro, a pie las cosas se ven diferentes.
Puente de Reina es una localidad bonita. Comemos de tapeo y más tarde damos una vueltecita por el pueblo.
La gente en El Camino forma una gran familia. Nos encontramos continuamente con personas de todo el mundo. Y en la siguiente etapa volvemos a ser los mismos por lo que fácilmente primero una cara es conocida y en dos días hay sensación de conocerse toda la vida.
Las risas abundan, la buena compañía y también ratos para estar con uno mismo.